Incapaces de producir su propio alimento,
todos los hongos toman sus elementos nutritivos de los cuerpos de otras plantas
y animales, ya sean vivos o muertos.
Miles de enfermedades de las plantas son
causadas por hongos parásitos que atacan a los vegetales vivos. Una clase de
hongo, enreda a los microscópicos gusanos en sus hifas y absorbe sus tejidos.
Otros hongos viven en estrecha asociación con
las raíces de pinos, orquídeas y otros tipos de plantas. Las hifas crecen
alrededor de las puntas de las raíces y a veces incluso penetran en ellas. Esta
íntima combinación de raíces y micelio se denomina micorriza. La relación es
mutuamente beneficiosa: los hongos suministran a las raíces agua y elementos
nutritivos y, a cambio, reciben alimento elaborado.
Sin embargo, la mayoría de los hongos viven
sobre los restos de plantas y animales y se nutren de ellos. Sus hifas penetran
en el tejido muerto, aceleran su desintegración y los pudre.
Verdaderamente, los hongos resultan
inapreciables por su participación en el proceso de descomposición de la
materia orgánica.
¿Como se puede distinguir a un hongo venenoso?
Muchos hongos se han considerado deliciosos manjares desde la antigüedad, pero también desde entonces se sabe que otros muchos son venenosos.
Algunas de las especies tóxicas producen sólo una ligera indisposición; otras son letales. Incluso los hay que son venenosos para una persona y no para otra, o que llegan a causar daño sólo cuando se ingieren en gran cantidad.
Desgraciadamente, no existe un procedimiento fácil para determinar si un hongo es venenoso. Algunas de las especies comestibles se reconocen con bastante facilidad, pero otras son tan semejantes a las variedades tóxicas que sólo las pueden distinguir los especialistas con muchos años de práctica.
Para el común de la gente, la forma más segura de disfrutar de las setas es consumir tan sólo las que se cultivan comercialmente y se venden en los mercados, como es el caso del champiñón.
La única manera de diferenciar si una seta es comestible o no lo es se basa en su estudio detallado:
*Analizando cuidadosamente sus características morfológicas, como es el himenio (parte fértil) el pie etc.
*Estudiando sus características organolépticas (olor, textura, fragilidad, y en algunos casos, el sabor)
* Se tiene en cuenta que
las condiciones ambientales pueden hacer cambiar, notablemente, su aspecto
superficial. Así es, la humedad, la
insolación, el viento, la lluvia etc. pueden hacer que una seta pierda partes,
color, olor o se agriete.
La
mayoría de los envenenamientos se producen por tomar en serio una serie de
falsas recetas milagrosas. Todas ellas son erróneas y han causado muchas muertes. Podemos resumir las más conocidas a
continuación:
*Es falso pensar que si un objeto de plata
(moneda, cucharilla, etc.) se oscurece al ser añadido a un guiso de setas,
éstas son venenosas. Pueden ser tanto comestibles como venenosas, depende de la
especie.
*También es falsa la idea de que sean venenosas
las setas cuyo guiso oscurece un ajo o una cebolla.
*Es erróneo pensar que si al corte las setas
cambian de color son venenosas.
*Es falso pensar que las setas comidas sin
problemas por los animales del campo (roedores, babosas, etc.) son comestibles.
El metabolismo de un conejo y no digamos de una babosa pueden ser completamente
diferentes al de una persona.
* También, que al conservar las setas en vinagre o sal,
pierden su veneno. Está mal.
*No todas las setas que
se recogen en un lugar en el que siempre se han cogido setas comestibles son
buenas para comer, ni se vuelven venenosas las setas comestibles por crecer en
lugares diferentes del habitual ni por contacto con ciertos animales.
No hay ninguna certeza
en afirmaciones como “las setas que crecen bajo un peral son buenas”, pueden
ser tan mortales como en otros sitios.
Creditos: Seleccion Mexico y Diputacion de Ávila